lunes, 8 de noviembre de 2010

Raza dexter!!!!

Pus ya hace algun tiempo habia escuchado algo al respecto, pero recordando y buscando informacion miren lo que encontre: 

Vaca Dexter


Como animal para carne, los dexter habitualmente se sacrifican alrededor de los dos años, criándose bien con hierba. Producen carcasas de entre 150 y 200 kilos, aprovechándose aproximadamente el 55% del animal. Su carne tiene fama por ser sabrosa, tierna y jugosa, con la grasa bien entreverada en el músculo.
La vaca dexter, además de los expuesto, no suele tener problemas de parto, es muy buena madre, madura pronto y es longeva, no es raro ver vacas de 14 años recién paridas; finalmente, es una raza rústica, resistente y adaptable, se cría con éxito en Gran Bretaña, en Norteamérica, en Suramérica, en Africa del Sur o en Australia.




Para el pequeño granjero es la vaca ideal, económica, productiva, con doble aprovechamiento y fácil de mantener.


Mini bovinos!!!!!


estas vacas de raza dexter son propias del reino unido, ahora las mini vacas son "made in usa" pues si aqui les dejo la informacion al respecto:



las mini vacas, una nueva moda que invadía granjas y ferias ganaderas en Estados Unidos. Las denominadas mini vacas son animales de características muy similares a las vacas tradicionales pero mucho más pequeñas y con un peso que no excede de los 300 kilos. Al parecer, las mini vacas son más rentables que las vacas tradicionales y además contaminan menos, ya que emiten menos cantidad de gas metano a la atmósfera.





Las mini vacas son más rentables que las vacas tradicionales, así lo afirma el profesor y granjero Richard Gradwohl que desde hace unos años trabaja en el desarrollo de nuevas variedades de mini vacas. De las 26 razas de mini vacas existentes en el mundo, 18 han sido desarrolladas por el profesor y parece que ha logrado crear un nicho de mercado muy lucrativo.

A través de la pagina oficial de las mini vacas de Richard Gradwohl podemos conocer las características especificas de los animales, el desarrollo de las nuevas investigaciones, manuales para el cuidado y la cría, los beneficios de adquirir los animales que comercializa o cómo se pueden adquirir algunos ejemplares, entre otras informaciones.
Pero volviendo a la noticia, las mini vacas son más rentables que las vacas tradicionales, el tamaño no es un inconveniente, sino un beneficio económico y medio ambiental, diez mini vacas generan la misma cantidad de gas metano que una vaca tradicional, en un terreno donde estarían dos vacas tradicionales se pueden tener hasta 10 mini vacas. Haciendo una comparativa de pesos, una vaca tradicional de los valles de Asturias podría pesar unos 700 kilos, frente a 5 mini vacas con un peso total de 1.500 kilos, lo que muestra que el rendimiento de carne es también mayor.
Hay que añadir que la relación peso y cantidad de carne comestible que se obtiene, es superior en las mini vacas que en las vacas tradicionales. En la noticia publicada en BBC toman como referencia una vaca de unos 450 kilos, cuando ésta va al matadero, hasta un 40% del animal está formado por la cabeza, los huesos y los órganos internos, el profesor explica que se pierde un 20% más de materia hasta llegar al producto final que llega a los consumidores.


En cambio, una mini vaca de unos 270 kilos de peso, en el matadero pierde un 30% de producto, es decir, un 10% menos que las vacas tradicionales. A la hora de configurar el producto final, se pierde un 15% de producto en lugar del 20% perdido en los animales tradicionales, es decir, un ahorro de un 5%. Los resultados evidencian la mayor rentabilidad de las reses pequeñas incrementando la cantidad de carne obtenida. Richard Gradwohl indica que las vacas pequeñas tienen menos grasa y sus huesos son más pequeños, no se respeta la escala si se redujera una vaca tradicional.
La ecuación terreno de producción, número de animales y rentabilidad parece resolverse con la cría de mini vacas, como valor añadido y de gran interés, se destaca la reducción de la liberación de gas metano a la atmósfera. En la tabla que antes hemos mencionado, se refleja que una vaca produce unos 90 kilos de metano, lo que equivale a la emisión resultante del consumo de 120 litros de gasolina, sería interesante contar con un estudio científico que determinase exactamente la cantidad de gas metano producido por la mini vaca, no es que desconfiemos de las palabras de Richard Gradwohl, pero ya sabemos que los estudios científicos deben ser ratificados por otros investigadores. En todo caso, de ser cierto, los datos son interesantes.
Las mini vacas serían además una solución alternativa más aceptable que la carne de canguro, recordemos que este tipo de carne se barajaba como una alternativa para reducir las emisiones contaminantes, pero desgraciadamente es complicado cambiar los gustos y preferencias de los consumidores a nivel mundial. Sobre las cualidades organolépticas de la carne de las mini vacas, el profesor indica que se trata de una carne muy sabrosa y argumenta que esto es debido a que los músculos de los animales son más cortos, en lo que respecta a cualidades visuales, la carne resultante es similar a la de las vacas tradicionales.
El fenómeno de las mini vacas sigue expandiéndose, quizá se extienda a otros países y los ganaderos españoles empiecen a criar estos animales como una alternativa más rentable y respetuosa con el medio ambiente.

 bueno ahora unas imagenes: 


























 


y ahora unos links  de videos:
-  http://www.youtube.com/watch?v=uKFa8WFeaXA

-  http://www.youtube.com/watch?v=X_n7l7WFXe0&feature=related

-  http://www.youtube.com/watch?v=QrFmPWiBQnw&feature=related

-  http://www.youtube.com/watch?v=SUSv-agL07s&feature=related

-  http://www.youtube.com/watch?v=rNNPZaELyx0


viernes, 5 de noviembre de 2010

Porque socialismo?? de Albert Einstein


Albert Einstein
Artículo publicado originalmente en
Monthly Review, New York, mayo 1949.
 
¿Debe quien no es un experto en cuestiones económicas y sociales opinar sobre el socialismo? Por una serie de razones creo que sí.

Permítasenos primero considerar la cuestión desde el punto de vista del conocimiento científico. Puede parecer que no haya diferencias metodológicas esenciales entre la astronomía y la economía: los científicos en ambos campos procuran descubrir leyes de aceptabilidad general para un grupo circunscrito de fenómenos para hacer la interconexión de estos fenómenos tan claramente comprensible como sea posible. Pero en realidad estas diferencias metodológicas existen. El descubrimiento de leyes generales en el campo de la economía es difícil porque la observación de fenómenos económicos es afectada a menudo por muchos factores que son difícilmente evaluables por separado. Además, la experiencia que se ha acumulado desde el principio del llamado período civilizado de la historia humana —como es bien sabido— ha sido influida y limitada en gran parte por causas que no son de ninguna manera exclusivamente económicas en su origen. Por ejemplo, la mayoría de los grandes estados de la historia debieron su existencia a la conquista. Los pueblos conquistadores se establecieron, legal y económicamente, como la clase privilegiada del país conquistado. Se aseguraron para sí mismos el monopolio de la propiedad de la tierra y designaron un sacerdocio de entre sus propias filas. Los sacerdotes, con el control de la educación, hicieron de la división de la sociedad en clases una institución permanente y crearon un sistema de valores por el cual la gente estaba a partir de entonces, en gran medida de forma inconsciente, dirigida en su comportamiento social.

Pero la tradición histórica es, como se dice, de ayer; en ninguna parte hemos superado realmente lo que Thorstein Veblen llamó «la fase depredadora» del desarrollo humano. Los hechos económicos observables pertenecen a esa fase e incluso las leyes que podemos derivar de ellos no son aplicables a otras fases. Puesto que el verdadero propósito del socialismo es precisamente superar y avanzar más allá de la fase depredadora del desarrollo humano, la ciencia económica en su estado actual puede arrojar poca luz sobre la sociedad socialista del futuro.

En segundo lugar, el socialismo está guiado hacia un fin ético-social. La ciencia, sin embargo, no puede establecer fines e, incluso menos, inculcarlos en los seres humanos; la ciencia puede proveer los medios con los que lograr ciertos fines. Pero los fines por sí mismos son concebidos por personas con altos ideales éticos y —si estos fines no son endebles, sino vitales y vigorosos— son adoptados y llevados adelante por muchos seres humanos quienes, de forma semi-inconsciente, determinan la evolución lenta de la sociedad.

Por estas razones, no debemos sobrestimar la ciencia y los métodos científicos cuando se trata de problemas humanos; y no debemos asumir que los expertos son los únicos que tienen derecho a expresarse en las cuestiones que afectan a la organización de la sociedad. Muchas voces han afirmado desde hace tiempo que la sociedad humana está pasando por una crisis, que su estabilidad ha sido gravemente dañada. Es característico de tal situación que los individuos se sienten indiferentes o incluso hostiles hacia el grupo, pequeño o grande, al que pertenecen. Como ilustración, déjenme recordar aquí una experiencia personal. Discutí recientemente con un hombre inteligente y bien dispuesto la amenaza de otra guerra, que en mi opinión pondría en peligro seriamente la existencia de la humanidad, y subrayé que solamente una organización supranacional ofrecería protección frente a ese peligro. Frente a eso mi visitante, muy calmado y tranquilo, me dijo: «¿Por qué se opone usted tan profundamente a la desaparición de la raza humana?»

Estoy seguro de que hace tan solo un siglo nadie habría hecho tan ligeramente una declaración de esta clase. Es la declaración de un hombre que se ha esforzado inútilmente en lograr un equilibrio interior y que tiene más o menos perdida la esperanza de conseguirlo. Es la expresión de la soledad dolorosa y del aislamiento que mucha gente está sufriendo en la actualidad. ¿Cuál es la causa? ¿Hay una salida?

Es fácil plantear estas preguntas, pero difícil contestarlas con seguridad. Debo intentarlo, sin embargo, lo mejor que pueda, aunque soy muy consciente del hecho de que nuestros sentimientos y esfuerzos son a menudo contradictorios y obscuros y que no pueden expresarse en fórmulas fáciles y simples.

El hombre es, a la vez, un ser solitario y un ser social. Como ser solitario, procura proteger su propia existencia y la de los que estén más cercanos a él, para satisfacer sus deseos personales, y para desarrollar sus capacidades naturales. Como ser social, intenta ganar el reconocimiento y el afecto de sus compañeros humanos, para compartir sus placeres, para confortarlos en sus dolores, y para mejorar sus condiciones de vida. Solamente la existencia de estos diferentes y frecuentemente contradictorios objetivos por el carácter especial del hombre, y su combinación específica determina el grado con el cual un individuo puede alcanzar un equilibrio interno y puede contribuir al bienestar de la sociedad. Es muy posible que la fuerza relativa de estas dos pulsiones esté, en lo fundamental, fijada hereditariamente. Pero la personalidad que finalmente emerge está determinada en gran parte por el ambiente en el cual un hombre se encuentra durante su desarrollo, por la estructura de la sociedad en la que crece, por la tradición de esa sociedad, y por su valoración de los tipos particulares de comportamiento. El concepto abstracto «sociedad» significa para el ser humano individual la suma total de sus relaciones directas e indirectas con sus contemporáneos y con todas las personas de generaciones anteriores. El individuo puede pensar, sentirse, esforzarse, y trabajar por sí mismo; pero él depende tanto de la sociedad —en su existencia física, intelectual, y emocional— que es imposible concebirlo, o entenderlo, fuera del marco de la sociedad. Es la «sociedad» la que provee al hombre de alimento, hogar, herramientas de trabajo, lenguaje, formas de pensamiento, y la mayoría del contenido de su pensamiento; su vida es posible por el trabajo y las realizaciones de los muchos millones en el pasado y en el presente que se ocultan detrás de la pequeña palabra «sociedad».

Es evidente, por lo tanto, que la dependencia del individuo de la sociedad es un hecho que no puede ser suprimido —exactamente como en el caso de las hormigas y de las abejas. Sin embargo, mientras que la vida de las hormigas y de las abejas está fijada con rigidez en el más pequeño detalle, los instintos hereditarios, el patrón social y las correlaciones de los seres humanos son muy susceptibles de cambio. La memoria, la capacidad de hacer combinaciones, el regalo de la comunicación oral han hecho posible progresos entre los seres humanos que son dictados por necesidades biológicas. Tales progresos se manifiestan en tradiciones, instituciones, y organizaciones; en la literatura; en las realizaciones científicas e ingenieriles; en las obras de arte. Esto explica que, en cierto sentido, el hombre puede influir en su vida y que puede jugar un papel en este proceso el pensamiento consciente y los deseos.

El hombre adquiere en el nacimiento, de forma hereditaria, una constitución biológica que debemos considerar fija e inalterable, incluyendo los impulsos naturales que son característicos de la especie humana. Además, durante su vida, adquiere una constitución cultural que adopta de la sociedad con la comunicación y a través de muchas otras clases de influencia. Es esta constitución cultural la que, con el paso del tiempo, puede cambiar y la que determina en un grado muy importante la relación entre el individuo y la sociedad como la antropología moderna nos ha enseñado, con la investigación comparativa de las llamadas culturas primitivas, que el comportamiento social de seres humanos puede diferenciar grandemente, dependiendo de patrones culturales que prevalecen y de los tipos de organización que predominan en la sociedad. Es en esto en lo que los que se están esforzando en mejorar la suerte del hombre pueden basar sus esperanzas: los seres humanos no están condenados, por su constitución biológica, a aniquilarse o a estar a la merced de un destino cruel, infligido por ellos mismos.

Si nos preguntamos cómo la estructura de la sociedad y de la actitud cultural del hombre deben ser cambiadas para hacer la vida humana tan satisfactoria como sea posible, debemos ser constantemente conscientes del hecho de que hay ciertas condiciones que no podemos modificar. Como mencioné antes, la naturaleza biológica del hombre es, para todos los efectos prácticos, inmodificable. Además, los progresos tecnológicos y demográficos de los últimos siglos han creado condiciones que están aquí para quedarse. En poblaciones relativamente densas asentadas con bienes que son imprescindibles para su existencia continuada, una división del trabajo extrema y un aparato altamente productivo son absolutamente necesarios. Los tiempos —que, mirando hacia atrás, parecen tan idílicos— en los que individuos o grupos relativamente pequeños podían ser totalmente autosuficientes se han ido para siempre. Es solo una leve exageración decir que la humanidad ahora constituye incluso una comunidad planetaria de producción y consumo.

Ahora he alcanzado el punto donde puedo indicar brevemente lo que para mí constituye la esencia de la crisis de nuestro tiempo. Se refiere a la relación del individuo con la sociedad. El individuo es más consciente que nunca de su dependencia de sociedad. Pero él no ve la dependencia como un hecho positivo, como un lazo orgánico, como una fuerza protectora, sino como algo que amenaza sus derechos naturales, o incluso su existencia económica. Por otra parte, su posición en la sociedad es tal que sus pulsiones egoístas se están acentuando constantemente, mientras que sus pulsiones sociales, que son por naturaleza más débiles, se deterioran progresivamente. Todos los seres humanos, cualquiera que sea su posición en la sociedad, están sufriendo este proceso de deterioro. Los presos a sabiendas de su propio egoísmo, se sienten inseguros, solos, y privados del disfrute ingenuo, simple, y sencillo de la vida. El hombre sólo puede encontrar sentido a su vida, corta y arriesgada como es, dedicándose a la sociedad.

La anarquía económica de la sociedad capitalista tal como existe hoy es, en mi opinión, la verdadera fuente del mal. Vemos ante nosotros a una comunidad enorme de productores que se están esforzando incesantemente privándose de los frutos de su trabajo colectivo —no por la fuerza, sino en general en conformidad fiel con reglas legalmente establecidas. A este respecto, es importante señalar que los medios de producción —es decir, la capacidad productiva entera que es necesaria para producir bienes de consumo tanto como capital adicional— puede legalmente ser, y en su mayor parte es, propiedad privada de particulares.

En aras de la simplicidad, en la discusión que sigue llamaré «trabajadores» a todos los que no compartan la propiedad de los medios de producción — aunque esto no corresponda al uso habitual del término. Los propietarios de los medios de producción están en posición de comprar la fuerza de trabajo del trabajador. Usando los medios de producción, el trabajador produce nuevos bienes que se convierten en propiedad del capitalista. El punto esencial en este proceso es la relación entre lo que produce el trabajador y lo que le es pagado, ambos medidos en valor real. En cuanto que el contrato de trabajo es «libre», lo que el trabajador recibe está determinado no por el valor real de los bienes que produce, sino por sus necesidades mínimas y por la demanda de los capitalistas de fuerza de trabajo en relación con el número de trabajadores compitiendo por trabajar. Es importante entender que incluso en teoría el salario del trabajador no está determinado por el valor de su producto.

El capital privado tiende a concentrarse en pocas manos, en parte debido a la competencia entre los capitalistas, y en parte porque el desarrollo tecnológico y el aumento de la división del trabajo animan la formación de unidades de producción más grandes a expensas de las más pequeñas. El resultado de este proceso es una oligarquía del capital privado cuyo enorme poder no se puede controlar con eficacia incluso en una sociedad organizada políticamente de forma democrática. Esto es así porque los miembros de los cuerpos legislativos son seleccionados por los partidos políticos, financiados en gran parte o influidos de otra manera por los capitalistas privados quienes, para todos los propósitos prácticos, separan al electorado de la legislatura. La consecuencia es que los representantes del pueblo de hecho no protegen suficientemente los intereses de los grupos no privilegiados de la población. Por otra parte, bajo las condiciones existentes, los capitalistas privados inevitablemente controlan, directa o indirectamente, las fuentes principales de información (prensa, radio, educación). Es así extremadamente difícil, y de hecho en la mayoría de los casos absolutamente imposible, para el ciudadano individual obtener conclusiones objetivas y hacer un uso inteligente de sus derechos políticos.

La situación que prevalece en una economía basada en la propiedad privada del capital está así caracterizada en lo principal: primero, los medios de la producción (capital) son poseídos de forma privada y los propietarios disponen de ellos como lo consideran oportuno; en segundo lugar, el contrato de trabajo es libre. Por supuesto, no existe una sociedad capitalista pura en este sentido. En particular, debe notarse que los trabajadores, a través de luchas políticas largas y amargas, han tenido éxito en asegurar una forma algo mejorada de «contrato de trabajo libre» para ciertas categorías de trabajadores. Pero tomada en su conjunto, la economía actual no se diferencia mucho de capitalismo «puro». La producción está orientada hacia el beneficio, no hacia el uso. No está garantizado que todos los que tienen capacidad y quieran trabajar puedan encontrar empleo; existe casi siempre un «ejército de parados». El trabajador está constantemente atemorizado con perder su trabajo. Desde que parados y trabajadores mal pagados no proporcionan un mercado rentable, la producción de los bienes de consumo está restringida, y la consecuencia es una gran privación. El progreso tecnológico produce con frecuencia más desempleo en vez de facilitar la carga del trabajo para todos. La motivación del beneficio, conjuntamente con la competencia entre capitalistas, es responsable de una inestabilidad en la acumulación y en la utilización del capital que conduce a depresiones cada vez más severas. La competencia ilimitada conduce a un desperdicio enorme de trabajo, y a esa amputación de la conciencia social de los individuos que mencioné antes.

Considero esta mutilación de los individuos el peor mal del capitalismo. Nuestro sistema educativo entero sufre de este mal. Se inculca una actitud competitiva exagerada al estudiante, que es entrenado para adorar el éxito codicioso como preparación para su carrera futura.

Estoy convencido de que hay solamente un camino para eliminar estos graves males: el establecimiento de una economía socialista, acompañado por un sistema educativo orientado hacia metas sociales. En una economía así, los medios de producción son poseídos por la sociedad y utilizados de una forma planificada. Una economía planificada que ajuste la producción a las necesidades de la comunidad, distribuiría el trabajo a realizar entre todos los capacitados para trabajar y garantizaría un sustento a cada hombre, mujer, y niño. La educación del individuo, además de promover sus propias capacidades naturales, procuraría desarrollar en él un sentido de la responsabilidad para sus compañeros-hombres en lugar de la glorificación del poder y del éxito que se da en nuestra sociedad actual.

Sin embargo, es necesario recordar que una economía planificada no es todavía socialismo. Una economía planificada puede estar acompañada de la completa esclavitud del individuo. La realización del socialismo requiere solucionar algunos problemas sociopolíticos extremadamente difíciles: ¿cómo es posible, con una centralización de gran envergadura del poder político y económico, evitar que la burocracia llegue a ser todopoderosa y arrogante? ¿Cómo pueden estar protegidos los derechos del individuo y cómo asegurar un contrapeso democrático al poder de la burocracia?

jueves, 4 de noviembre de 2010

Verdad? SI pero porque.....


La república bolivariana de Venezuela, a aumentado de manera exponencial la matrícula universitaria en estos últimos años, pero esto no es algo milagroso, y ni remotamente producto de la llamada globalización, esto es producto indiscutible de un proceso de rápida evolución (revolución) del pueblo venezolano, de la sociedad venezolana, de las instituciones venezolanas.
Esto que observamos en la actualidad no es mas que el resultado de grandes cambios, entre los que encontramos muy puntualmente, la constitución de la república bolivariana de Venezuela, promulgada en 1999 como principal promesa del actual presidente y cumplida de manera insofacta. desde entonces y enfrentando una rancia oposición, poco a poco hemos venido haciendo realidad lo previsto en esta carta magna. Esto de gran importancia para la sociedad, ya que abre las puertas del saber y del conocimiento para millones de personas que no poseen los recursos para sustentar estudios.
La apertura de las misiones educativas, que integran a gran parte de la población antiguamente excluidas por el sistema de educación antes reinante, es factor fundamental para entender el gran aumento en la matricula, aunado a esto y de manera significativa la inclucion que estas misiones dan a los adultos y adultos mayores, que conscientes de la oportunidad que se les presentan acuden a estas casa de estudio a instruirse, y que con gran orgullo vemos recorrer las calles con sus cuadernos, dando ejemplo a los menores, da  lástima pensar de la discriminacion que estas personas sufren de algunos disociados...
Es interesante observar como la poblacion venezolana actualmente esta estudiando, hoy mas que nunca se abre todo un horizonte de esperanza del gran futuro que nos aguarda. se espera pues empezar a ver los frutos de esta nueva generacion de estudiantes que ya se empezaron a graduar, exitos!! y pa lante a los que atras venimos. Una experiencia que seguramente dara muy buenos frutos para la patria y que sin duda alguna servirá de ejemplo para otras naciones que en la actualidad, aferradas a un sistema diferente no logran surgir ni lograr estas grandes metas, tarde o temprano esos pueblos excluidos tomaran las riendas y iran con nosotros caminando las alamedas hacia una gran patria, tal y como lo soño el gran SIMON BOLIVAR.

por y0n1